domingo, diciembre 19, 2010

historia, capitulo 13

- Hola cariño, como estas?- pregunto una voz masculina al otro lado del auricular.

- Que haces llamándome a esta hora?- pregunto apáticamente Carla.

- Pues que se me ha hecho tarde en el trabajo, hoy ha sido un día interminable. eemm…- hubo un momento de silencio.- podemos quedar mañana para comer?

- No lo se, tengo que ir a clase mañana…

- Pero sé que a las 2 sales, cariño.

- De que quieres hablar, no puedes decírmelo ahora?
- Carla tenia un tono muy cortante y seco.

- Prefiero tenerte en frente, y además hace bastante que no te veo. Paso a por ti entonces?

Antes de contestar Carla suspiro. Estuvo callada unos segundos pensando alguna excusa, no se le ocurría ninguna buena.

- Vale- dijo enfadada por no tener imaginación para inventarse una excusa- de todas maneras no se si salgo a las 2…- dijo vacilante

- Tranquila, yo te llamare, y me dices donde voy a por ti, vale cielo.

- Ya.

- Tu madre como esta?
- pregunto la voz masculina, con sosiego.

- bien, durmiendo, oye, tengo que ducharme e irme a dormir.

- Vale cariño, me alegra escucharte

- Ya, bueno… eso, adiós.

- Un beso hija, que descanse.

- Adiós.


Carla no podía creer que después de 3 semanas sin noticias de su padre le llamase, así porque si, y ahora tenia, bueno quería, hablar con ella, sin duda era un día muy extraño.

Dejo su blackberry sobre la cama, cogió del armario una toalla y un albornoz y entro en el cuarto de baño, eso la calmaría, hablar con su padre siempre le ponía algo nerviosa, y mas después de no haber dado señales de vida tanto tiempo. Un baño caliente era lo que necesitaba. Estuvo un rato en l bañera, pero cuando noto que empezaba a dormirse se propuso salir y ponerse el pijama.

Cogio un libro sin mirar cual, de su escritorio y se metió en la cama. Intento leer, pero no podía concentrarse, pensaba en el motivo de que su padre le llamase, era todo muy raro, desapareció 3 semanas por un viaje de placer, un día estaba al siguiente nadie sabia nada de Miguel, ni si quiera su familia, y ahora quiere hablar, desde luego entender a su padre era algo muy difícil para Carla.

Volvió a intentar entrar en el libro, pero en cuestión de 5 minutos se durmió. Se despertó, dejo el libro en el suelo y comprobó si la alarma estaba encendida, apago la luz, y siguió durmiendo.

Mañana seria otro día.

sábado, diciembre 18, 2010

historia, capitulo 12

Para continuar con el lunes más raro en la vida de Olivia y Carla, Carles se ofreció a llevar a sus camareras a casa. Durante el camino a casa, en el pequeño coche verde de su jefe, no pararon de hablar, a pesar de estar cansados.

Carla, quien iba de copiloto, ya que en los coches siempre que iba detrás se mareaba, insinúo que quizá la idea de Carles era tener un “misterioso accidente”, mientras que Olivia decía que era un chollo para el ser “majo” ya que las dos vivían en el mismo edificio.

Entre risas, y bostezos llegaron al gran edificio. Era el mas grande de la calle, y también el mas bonito, era antiguo, pero con reformas, que hacían que sea muy envidiado por vecinos de otros edificios.

Carla y Olivia llevaban viviendo allí desde niñas. Olivia vivía en el 5º piso, puerta 20, mientras que Carla tres pisos más arriba, en el 8º, puerta 30. Esta era una de las razones también por el que siempre estaban juntas, solo tenían que coger el ascensor. Muchas veces recorrían el edificio en pijama o chándal. Si una quería ver a la otra no tenía más que coger el ascensor, y llamar al timbre.

Bajaron del coche y se despidieron muy simpáticas de su jefe y entraron en el edificio.

Cuando el coche se acercaba a la esquina, Carles vio el coche de Carla aparcado, pero un poco inclinado, cuando paso delante de este, sí, no podía creer lo que veía, la rueda derecha estaba pinchada. Carla había llegado tarde por eso, esta vez no le estaba mintiendo. Pensó en mandarle un mensaje a su camarera, pero enseguida se arrepintió, creía que era una tontería. Puso la radio, que estaba apagada ya que venia hablando con Olivia y Carla, y emprendió camino a casa, quería llegar cuanto antes y poder descansar.

Mientras las chicas llamaban al ascensor. Olivia se apoyo contra la pared apoyando la cabeza con los ojos cerrados. Estaba durmiéndose de pie, quería entrar en casa meterse en la cama. “Ni portátil, ni cena, ni nada, directa a la cama” pensó.

- Cansada de... ligar?- pregunto vacilante Carla mirando a su amiga.

- Si, no todas somos tan guapas como tu, tenemos que currárnoslo…- contesto en tono sarcástico Olivia mientras recobraba una postura mas recta.

- Lo se, gracias- contestó Carla con tono presumido. Llego el ascenso.- Señorita- dijo a la vez que con una mano hacia un gesto a su amiga para que entrase y con la otra sujetaba la puerta. Pulso el piso 5 y luego el 8.

- Y tu que tal con tu marido?- Carla miro a su amiga sin entender a que se refería.- venga, Carlota, Charlie...

- Por favor…- susurro mientras ponía los ojos en blanco

- No te hagas la ofendida, llevas años enamorada de Carles!- replico Olivia

- Enamorada?- rió- yo? de Carles?..., en serio Oli, tienes que dejar de ver Love Actually todas las noches…

- Ya, probablemente sea yo… ya, ya, ya…

Ambas rieron al oír la manera en la que acabo Olivia su frase.

El ascensor había llegado a la 5ª planta. Se despidieron y Carla continuo, estaba escuchando música, cosa que a Olivia le fastidiaba un poco, ya que si estaban juntas podían hablar, además escuchaba la música demasiado alta.

Carla salio del ascensor, cogió las llaves de su bolso azul y se fue a su puerta de madera. Entró, dejo las llaves en un pequeño plato, con forma de mariposa, de plata que estaba sobre una mesa de mármol junto a la puerta. Por el largo pasillo vino corriendo su perrito, Hugo a darle la bienvenida. Entro a la sala, en el sofá estaba su madre dormida, con la televisión encendida. Se acerco le dio un beso y se dirigió a su habitación.

Había sido un lunes muy largo. La habitación de Carla era la más grande de toda la casa. Dado que era la pequeña, su madre le cedió la habitación principal.

Nada mas entrar dejo sus cosas en una silla que estaba junto a la puerta, era una silla luís XV, que le había regalado Olivia de la tienda de su padre, a ella no le gustaban mucho esas cosas, pero se lo había regalado su amiga, y la verdad el hecho de que sea morada combinaba con las paredes de su habitación.

En el lado izquierdo de esta, estaba el cuarto de baño, tenía una pequeña bañera, abrió la llave del agua, la preparo a temperatura y dejo que esta se llenara un poco.

Mientras puso un poco de música, no muy fuerte que su madre se había dormido. Desde allí, junto a la puerta, donde se encontraba el adaptador de su ipod, miro el escritorio que estaba con los libros y apuntes de la universidad, rápidamente dejo de mirar, tenia dolor de cabeza de solo pensar en que tenia que ponerse a estudiar.

Su cama de dos plazas, estaba en medio de la habitación, acompañada por una mesita de noche a cada lado y una lámpara tifanny en cada una de ellas. La miro como un niño mira el juguete con el que sueña, tenia ganas de ir corriendo y dejarse caer, pero sabia que si lo hacia no iba a despertarse hasta mañana por la mañana, así que se dirigió a su rincón favorito de toda la habitación. Donde tenia un ventanal gigante por el que le gustaba ver las luces de la ciudad y el cielo oscuro sentada en su mini sofá en forma de “L” que por supuesto pertenecía a la línea Bagur.

Nada mas sentarse en el sofá, se sobresalto al escuchar música de su bolso, se levanto torpemente, y buscó su blackberry. Se sorprendió y asusto al ver quien era la persona que le llamaba. Miro, el reloj.

- Aun es lunes, un extraño, extraño lunes…-dijo antes de presionar el botón verde del teclado.- Hola- contesto extrañada…

viernes, diciembre 17, 2010

historia, capitulo 11

- Luego las recoges tu!- dijo Carla riéndose de Olivia.

- Dirás, “siempre las recoges tu”, porque yo limpio lo que tu ensucias.- replico Olivia recogiendo las servilletas que había en el suelo.

Carla se dirigió a la cocina.

- Te ayudo a secar?- pregunto mirando como su jefe mojaba prácticamente la cocina entera.

- No estaría mal- sonrío a su camarera.
Mientras Carla y Carles estaban en la cocina fregando y secando.

Olivia estaba terminando de fregar el suelo, las sillas ya estaba sobre las mesas. Todo estaba preparado para cerrar, cuando escucho la puerta de la entrada. Era Alberto.

- Ya hemos cerrado. –dijo Olivia sin prestarle mucha atención.- y la maquina de café ya esta apagada. Lo siento.

- No venia a tomar café, venia a hablar contigo.- dijo el fotógrafo mientras se acercaba a Olivia, el corazón de esta se había acelerado un poco.

- Conmigo?

- Si, quería invitarte a mi exposición. Al final he montado una.-dijo sonriendo a la camarera, estaba puso seria.

- Ya, lo se, algo nos ha dicho Carles.

- Ah si?- pregunto confuso dado que el no había dicho nada a nadie aun.

- Si, es este miércoles verdad?

- Ah! Eso, no, no, no es mía esa exposición, yo simplemente la apadrino por decirlo de algún modo. Pero no es mía.- explico a la camarera que continuaba seria.

- Ahm.

- Estas enfadada? – pregunto esbozando una sonrisa en su cara.

- No, porque habría de estarlo?- respondió cortante.- estoy cansada, tengo sueño y quiero ir me a casa. No te lo tomes a mal.

- Oh vaya, lo siento, simplemente quería decirte eso, es que acaban de alquilarme la galería…, lo siento,… siento robarte tu tiempo.- dijo excusándose, estaba encaminándose a la salida, se sentía realmente mal, creía que se alegraría, la verdad ella fue quien le puso la idea de hacer una exposición. Quizá estaba cansada.

- Perdona, cuando tengo sueño me pongo de mala ostia, no es culpa tuya.- dijo Oliva mientras se acercaba al fotógrafo. Este se paro frente a ella, se acerco. Estaba realmente guapa, la miro a los ojos, esos que tanto le gustaban.

- Tranquila, te entiendo.-dijo mientras ponía su mano en el hombro de esta.

- Cuando es?

- El viernes, este viernes. Cuento contigo?- pregunto.

- Claro, allí estaré.- esbozo una pequeña sonrisa, realmente tenia mucho sueño. Pero la verdad se alegraba de que el estuviera allí. Le gustaba estar en compañía de Alberto, y sobre todo le alegraba que el catalan le contase lo de la exposición.

- Bueno, tengo que ir a cerrar, que ya es tarde.- guiñó un ojo a la camarera, le libero el hombro y salio. Estaba contento de saber que iría a su exposición.

viernes, agosto 27, 2010

historia, capitulo 10

Mientras recogía lo que había quedado de las mesas de los universitarios, Olivia pensaba en porque no le habrá dicho algo Alberto, siempre le hablaba de que quería montar una exposición.

Hoy tampoco pudo estar mucho tiempo con el, aunque normalmente no suelen estar hablando mucho, pero un comentario podía haber hecho.

Recordaba la primera vez que le conoció, el fue muy atento con ella, cosa que agradeció, su primer día como camarera no fue nada bueno, varios vasos rotos, grandes esperas de clientes. Y aunque el café que le dio era realmente asqueroso, dado que no sabia como utilizar aun la maquina de café, el siguió yendo al bar. A medida que fueron pasando los días, tuvieron más confianza el uno con el otro y hablaban de un millón de cosas.

Por que no le había comentado nada de la exposición, Olivia pensaba que Alberto no tenía al parecer el aprecio a esa amistad como ella pensaba.

Estaba enfadada. Aunque no sabia realmente el porque. Ahora mismo no estaba segura de nada solo de una cosa, lo que ella creía una amistad, no como la que tenia con Carla, o Catalina, o cualquier otra de sus amigas, pero una amistad al fin y al cabo, para Alberto no lo era.

Pensar eso le hizo sentirse un poco triste.

Carla por su parte, estaba ya subiendo las sillas sobre la mesa. Ella tenia múltiples pensamientos, por un lado estaba su amiga, hoy Olivia ha estado muy rara, y digamos la verdad, con suerte, aunque ella le saco una sonrisa al morenazo de la rubia universitaria, que probablemente no volverán mas al bar al menos en su turno, Olivia estaba ligando con “nuestro” vecino, lo que le hacia pensar ahora si quería mudarse, pudiendo ir a pedirle azúcar.

Pero también estaba Alberto. Desde que empezó a trabajar un mes después, gracias al enchufe de Olivia, Alberto iba más seguido al bar, hasta Carles lo había dicho. Esperaba que solo sea imaginación suya, Alberto era algo mayor para su amiga.

También pensaba en su jefe, hoy había sido realmente comprensivo con ella, cuando el incidente con el tontolaba de Mario. Y Olivia ya lo había notado, ahora era cuestión de tiempo que le volviese a preguntar por Carles. Lo que le faltaba.

Pensaba para si misma que estaba perdiendo el tiempo pensando en tantas cosas cuando tiene que ponerse a estudiar cuanto antes.

Carles, que se encontraba fregando los platos que le traía Olivia. Pensaba en lo bueno que había sido el día. No había duda que a pesar de todo, fue muy buena idea contratar a esas dos chicas. Son muy buenas. Sobretodo se alegraba de haber contratado a Carla, Olivia no era para nada mala, pero la verdad, desde que estaba Carla estaba mucho menos vergonzosa, prácticamente había perdido toda su vergüenza. Y Carla era muy buena, y divertida, la verdad siempre hasta cuando tiene ganas de matarla, al final le saca una sonrisa.

Hoy habían conectado más que en los meses que llevan trabajando. A pesar de haberlo pasado un poco mal porque su hermano no haya podido ir a trabajar, se alegraba por haber compartido el día con esas dos mujeres, porque chicas no son ya, pensó mirando como Carla atacaba a Olivia tarándole servilletas de papel.

jueves, agosto 19, 2010

historia, capitulo 9

- Vamos a ver pisos esta semana?- pregunto Carla para sorpresa de Olivia. Esperaba una burla o interrogatorio sobre lo que acababa de pasar con Mateo.

En el fondo se sentía algo aliviada, pero también confusa, Carla era su mejor amiga desde muy pequeñas, lo sabía todo, siempre se contaban todo.

En el fondo Olivia quería que su amiga le interrogase, pero al parecer no era el momento. Algo que le aliviaba un poco, vaya que mezcla de sentimientos, pensó.

- Problemas en el paraíso?- contesto rápido, no fuese que cambie de idea.

- Tía, enserio, algún día tenemos que “volar”- dijo mientras hacia gestos con las manos.- ya somos grandecitas, joder no podemos seguir viviendo con nuestros padres.

- Con lo maja que es tu madre!

- Claro, contigo, porque no eres su hija!

- Vale cuando quieres que vayamos a ver pisos?- pregunto comprensiva Olivia.- es por eso que estas tan rara?

Esa pregunta sorprendió a Carla. Rara? Ella estaba rara?, pero si la que llevaba ligando con tíos era ella desde que entro en el bar, que si el fotógrafo, que si el vecino…

- Yo no estoy rara.- dijo Carla

- Ya y yo no soy morena!, en fin, cuando quieres ir a ver pisos?

- Primero, pues no, no eres morena, eres castaña, pero no entiendo porque te gusta tanto torturarte el pelo tintándotelo tanto, con lo bien que te queda natural.- dijo mientras negaba con la cabeza. Suspiro.- el miércoles. He llamado a varios sitios así que…

- Ya has llamado?- pregunto Olivia sorprendida, Carla se asusto, seguro que vendría una bronca.- Vaya! Genial, has ahorrado trabajo, así me gusta cariño.- Se acerco a su amiga y le dio un beso en la mejilla, esta se había quedado paralizada, ahora cual de las dos era la rara.

- Dios creía que me matarías!, el miércoles vamos? ¡Genial!

-El miércoles, vais a donde, a la exposición?- pregunto Carles que salía de la cocina.

- Exposición?-preguntaron las camareras a unísono confusas.

- Si, -saco un folleto del bolsillo te atrás de su pantalón.- mirar, la exposición es de Alberto, creo.

Olivia cogió el papel y lo leyó, su jefe estaba en lo correcto, era una pequeña exposición que daba el fotógrafo “vecino” del bar.

Le había hablado varias veces de que quería hacer una exposición, pero nunca encontraba las fotos “perfectas”, ella le decía siempre lo mismo, con invitar a unos amigos las fotos les gustaran a todos, para eso son los amigos. Además que el arte es subjetiva, relativa, vamos que depende de cada uno.

Estaba sorprendida que no le haya comentado nada, bueno, no era quien, pero podía haber hecho un comentario, o algo por el estilo, no eran tan amigos, pero un comentario no habría estado mal.

Carla observaba como su amiga se sumergió en el folleto que su jefe había sacado de su bolsillo. Estaba tan concentrada mirándolo, que si tuviera súper poderes habría fulminado ese papel.

Seguro estaba pensando en porque no le dijo nada, nunca habían hablado del tema, dado que nunca se había dado cuenta de cómo miraba el fotógrafo a su amiga.

Hoy cuando dijo que se verían por la tarde, el rostro de él se le ilumino y eso no le gusto nada a Carla, dios, pero si podría ser su padre.

- Habéis muerto?- pregunto Carles, sacando a ambas de sus pensamientos.

- No sabia que iba a hacer una exposición...- dijo Olivia aun pensando en porque se sentía así, estaba ¿desilusionada?, ¿enfadada?, no tenia sentido, nada tenia sentido últimamente.

- Oye, creo que tendríamos que empezar a recoger, no?- dijo a Carla mirando a su amiga.- por favor, odio los lunes, y quiero que este acabe ya.

Carla cogió a su amiga de la cintura, y la saco fuera de la barra. Olivia se dejo llevar, aun pensando. Carles siguió a sus camareras.

Los tres empezaron a limpiar el bar en silencio, solo sonaba la radio aun.

Los tres estaban sumergidos en sus pensamientos, acompañados por música.

martes, agosto 17, 2010

historia, capitulo 8

- Tranquila Carla, el asesinato es ilegal...- decía Carla que continuaba con los ojos cerrados y respirando fuerte. Abrió los ojos y miro fijamente a su amiga.- Aun.

Olivia y Carles comenzaron a reírse. Carla cogió el periódico y lo puso frente a su amiga donde estaba el plato de macarrones, que Carles ya había recogido.

- Pisos en alquiler, por la zona.- dijo Carla con un tono totalmente relajado.

- ¡Es verdad! Nuestro plan!


- Te recuerdo que en breves cumples los 19, es decir llevamos un año de retraso.

- Que plan? Por que tengo una sensación extraña.-dijo Carles mirando a Carla, esta le miro y con un tono muy tranquilo y dulce le respondió.

- Veras, la señorita Bagur- señalo a Olivia esta puso la espalda recta, sonrío y levanto la mano derecha, señalándose a si misma- y yo prometimos que cuando ella y yo tuviéramos 18 y 19 años, respectivamente, y tengamos un trabajo fijo, nos mudaríamos a vivir juntas.

- Habéis conseguido un trabajo fijo?- pregunto Carles sorprendido.

Carla estaba apunto de contestarle con una palabrota, cuando Olivia se levanto del taburete y se dirigió a la mesa de Mateo. Este le había hecho una seña. Ambos quedaron observándola.

- Has acabado?


Olivia sonrío. Esa sonrisa estaba empezando a gustarle a Mateo.

- Si, estaba todo buenísimo, hasta el agua.

- El agua siempre esta buena.


Volvió a sonreír. Mateo se quede mirando a Olivia, estaba encantado de haberla conocido, de haber cogido el ascensor, de que lloviese, de que ella llegase tarde y no pudiera subir a por su paraguas y tuviera que coger el de un desconocido, estaba encantado de haber bajado a comer, y no quedarse en la oficina. Encima esa camarera de pelo castaño y ojos verdes que tenia delante era su vecina. Vivía en el piso bajo el suyo.

- Mateo?- pregunto Olivia moviendo su mano frente a su vecino.- Estas bien?

- Eh,… si… si,… lo… siento.- dijo, sus mejillas estaban algo sonrojadas.

Olivia se dio cuenta que el chico se había ido a las nubes, pensó que seguramente pensaba en su novia, ella tenia tanta suerte, que todos los chicos “buenos” para ella, ya eran de otra persona, eso o eran gays.

- Quieres la cuenta o vas a comer algo mas?

- La cuenta, - respondió Mateo que ya estaba volviendo de las nubes.- creo que si como algo más, es posible que explote.

- De acuerdo, en un pis pas, te traigo la cuenta.

Su jefe y su amiga ya se habían puesto a trabajar. “Se acabo el recreo” susurro Carla mientra pasaba junto a su amiga con unos platos para fregar.

Carles estaba preparando la cuenta para Olivia, mientras esta colocaba los platos en el fregadero, pensando en lo que le estaba pasando ese lunes. Siempre los había odiado, sin embargo, hoy había conocido a su vecino, ese vecino que esperaba por el bien se su insomnio no hiciera tanto ruido como el anterior. Ese vecino que había sido tan amable que le presto el paraguas, y casualmente trabajaba cerca de donde ella trabajaba. Además tenia unos ojos muy bonitos, era raro esta mañana parecían azules, sin embargo ahora los tenia un poco grisáceos, “Edward Cullen” pensó, seguido de unas risas, a veces si que era verdad que se le iba la pinza.

Carla la observaba, estaba claro que a su amiga le gustaba ese chico, pero lo que a ella le importaba ahora era saber si podrían ir a ver pisos, quería un cambio en su vida, ya.

Tenia todo planificado para ir el miércoles, pero Olivia ni siquiera había visto el periódico, se enfadaría si le decía que ya había llamado a varios. En fin, algún día tendrían que mudarse.

Cuando iba a acercarse a su amiga, esta cogió la cuenta y se dirigió a la mesa de “su novio” como pensaba empezar a llamar a su vecino.

- Toma.-dijo Olivia.

- Vale, gracias, pero podía acercarme a la caja.

- Pues hazlo,- sonrió- me ahorraras trabajo, aunque hoy ha sido un día muy tranquilo, mas de lo normal.

Mateo miraba a su vecina, esta empezó a recoger lo que quedaba en su mesa.

- Creo que voy a llegar tarde, madre mía hace una hora he salido a comer ya son las cuatro!- dijo mateo algo sorprendido por la hora, se le había hecho muy corto el día, casi no pudo hablar con su vecina, pero si mirarla.

- Pues corre que te cobro.- Olivia recogió todo rápido lo coloco todo en la barra, y se dirigió a la caja. Mateo le siguió, le entrego el dinero. Si no fuera que tenia que ir a trabajar se habría quedado hablando con ella. ¿Tendrá novio?, se pregunto mientras la camarera le devolvía el dinero.

- Vuelve cuando quieras!

- Por supuesto,-respondió eufórico y rápido Mateo.- la comida es riquísima.- dijo en tono mas normal, deseando no haber parecido un idiota.

- Pues,-de inclino un poco sobre la barra, acercándose a Mateo, este inconcientemente también se acerco a la camarera.- entonces tienes que probar la de Juan.- dijo Olivia susurrándole a su vecino. Se quedaron un momento callados, hasta que entro un cliente en el bar.

Rápidamente se separaron, sonrieron y se despidieron con la mano.

- Tengo que ir a trabajar.-dijo resignado.- nos vemos.

- Suerte. Hasta luego!

domingo, agosto 15, 2010

historia, capitulo 7

- Bueno, bueno, mira lo que tengo aquí!- dijo Carla sentándose en la barra junto a su amiga.

- ¡Dios santo!- Olivia cogió a su amiga del brazo, abrió los ojos como platos y en tono sarcástico continuo.- ¡un periódico!

- Eres imbecil.- dijo Carla liberándose del brazo de su amiga.- ves esto, ves, ves!?- señalaba una pagina.

- Letras!- Olivia continuaba con su actuación.

- Dios… de verdad, te drogas?

- A veces,- se encogió de hombros y cogió el baso de agua antes de beber, dijo.- lc, ld, la, jd ,jb, hdp…

- “hdp”?- pregunto Carla desorientada.

- Yo que se, - volvió a encogerse de hombros.- yo las tomo, no les pongo nombre.

- Todo lo que has dicho te lo acabas de inventar.- dijo Carles que se acercaba con dos platos de comida, de algo que deberían ser macarrones con salsa boloñesa. Las dos camareras se quedaron serias mirando como su jefe ponía cada plato frente a ellas. Las dos empezaron a mirarse por el rabillo del ojo y al plato, y luego otra vez se miraban o miraba a su jefe que continuaba esperando una reacción.

- Bueno… vais a comer o que?- dijo el jefe.

- Emm… yo…

- Anda! Si es tu plato favorito Oli!

Olivia rápidamente fulmino a su amiga con la mirada, primero por decir que su plato favorito era ese, cuando debía saber que era la lasaña, y segundo porque era una manera de hacer que sea la primera en intoxicarse. Miro como su jefe le miraba esperando una respuesta.

Ahora estaba con cara de niño bueno, era extraño, ya que siempre estaba serio regañándolas o “charlizandolas” como decía Carla, cuando les hablaba en tono sarcástico, para no mandarlas a tomar aire.

- En realidad, querida amiga, y Charlie, mi plato favorito es la lasaña,- al ver como la cara de su jefe estaba empezando a perder la sonrisa, cogió rápidamente el tenedor, pincho un macarrón y se lo metió en la boca. Para su sorpresa, estaba realmente bueno.- hhmm,…- termino de digerir.- pero si esta genial!- dijo sorprendida.

- Porque has sonado sorprendida?- pregunto Carles serio.

- Bueno, Carles, sabes… ¡Carla tienes que probarlo!- se interrumpió a si misma.

- Si que eres sutil para cambiar de tema.- susurro Carles que ahora observaba a Carla.

- No se, es que estoy a dieta sabes.-dijo mirando a su jefe.

- Va Carla, no me seas llorica, enserio están buenos!- le animo su amiga.

- Porque os sorprende que cocine bien?- interrumpió Carles.

- Porque Charlie sin sus ángeles estaría muerto.- dijo Carla mientras cogía el tenedor. Probó la comida y también le gusto mucho.- Vaya! Ya te puedes casar! Están muy buenos!

- Como el cocinero?- pregunto susurrando Olivia a carla. Esta simplemente le pego una patada.- aauuch.- se quejo Olivia.

- Vaya, pero si toda la gente ha comido mi comida, que os pensabais, que abrí un bar solo para tener alcohol cerca?- pregunta retórica a la que sus empleadas se miraron entre si, volvieron a mirarle, ambas empezaron a asentir con la cabeza.- lo que yo digo, sois tontas…- dijo mientras se hacia camino a la cocina. Olivia y Carla empezaron a reírse a carcajadas.

La hora de comer en el bar solía ser un caos, pocas veces podían sentarse los tres juntos a comer. Nunca se sentaban en una mesa eso si, normalmente se turnaban para comer. Pero hoy todo estaba tan tranquilo que hasta Carles se sumo a las chicas en la barra. Eso si el estaba dentro, ellas en un taburete fuera. De vez en cuando miraban a ver si sus clientes necesitaban algo. Los nuevos universitarios, estaban como en casa, ya que conocían a Olivia y Carla, si querían algo se acercaban a la barra. La chica del libro, solo había entrado a por un café, Carla estaba segura que solo quería ir al baño, pero pidió un café ya que normalmente los baños son solo para clientes. Y al parecer tenía razón, porque dejo casi l mitad del café. Eso si, no se fue sin antes decirle a Carles el nombre del libro, ya que carla ni Olivia se animaban porque decían que las miraba con cara rara. Mateo, el vecino de las chicas, el chico que le dejo su paraguas a Olivia, el de los ojazos, según carla, se encontraba en su mesa, disfrutando de su comida y su agua mineral natural fría. Olivia le miraba de vez en cuando, cuando Carla le dijo que tiene que pagar aun, que no va a desaparecer, Olivia respondió molesta que solo miraba por si necesitaba algo, a lo que Carles intervino diciendo que una noche de sexo, Olivia le fulmino con la mirada y Carla se reía a carcajadas.

- Bueno me vas a preguntar para que sirve el periódico?- pregunto Carla, estaba realmente satisfecha, la comida de Carles estaba espectacular.

- Para san Fermín…,-dijo dudando Olivia.- no, no espera, para cuando algo se mancha y lo pones encima, no, no…- respondía rápido e imitando un tono nervioso. Carles empezó a reírse, estaba pasándoselo muy bien con sus camareras.

Carla miro a su amiga enarcando una ceja, bebió un poco de agua, cerró los ojos, y suspiro profundamente.