viernes, agosto 27, 2010

historia, capitulo 10

Mientras recogía lo que había quedado de las mesas de los universitarios, Olivia pensaba en porque no le habrá dicho algo Alberto, siempre le hablaba de que quería montar una exposición.

Hoy tampoco pudo estar mucho tiempo con el, aunque normalmente no suelen estar hablando mucho, pero un comentario podía haber hecho.

Recordaba la primera vez que le conoció, el fue muy atento con ella, cosa que agradeció, su primer día como camarera no fue nada bueno, varios vasos rotos, grandes esperas de clientes. Y aunque el café que le dio era realmente asqueroso, dado que no sabia como utilizar aun la maquina de café, el siguió yendo al bar. A medida que fueron pasando los días, tuvieron más confianza el uno con el otro y hablaban de un millón de cosas.

Por que no le había comentado nada de la exposición, Olivia pensaba que Alberto no tenía al parecer el aprecio a esa amistad como ella pensaba.

Estaba enfadada. Aunque no sabia realmente el porque. Ahora mismo no estaba segura de nada solo de una cosa, lo que ella creía una amistad, no como la que tenia con Carla, o Catalina, o cualquier otra de sus amigas, pero una amistad al fin y al cabo, para Alberto no lo era.

Pensar eso le hizo sentirse un poco triste.

Carla por su parte, estaba ya subiendo las sillas sobre la mesa. Ella tenia múltiples pensamientos, por un lado estaba su amiga, hoy Olivia ha estado muy rara, y digamos la verdad, con suerte, aunque ella le saco una sonrisa al morenazo de la rubia universitaria, que probablemente no volverán mas al bar al menos en su turno, Olivia estaba ligando con “nuestro” vecino, lo que le hacia pensar ahora si quería mudarse, pudiendo ir a pedirle azúcar.

Pero también estaba Alberto. Desde que empezó a trabajar un mes después, gracias al enchufe de Olivia, Alberto iba más seguido al bar, hasta Carles lo había dicho. Esperaba que solo sea imaginación suya, Alberto era algo mayor para su amiga.

También pensaba en su jefe, hoy había sido realmente comprensivo con ella, cuando el incidente con el tontolaba de Mario. Y Olivia ya lo había notado, ahora era cuestión de tiempo que le volviese a preguntar por Carles. Lo que le faltaba.

Pensaba para si misma que estaba perdiendo el tiempo pensando en tantas cosas cuando tiene que ponerse a estudiar cuanto antes.

Carles, que se encontraba fregando los platos que le traía Olivia. Pensaba en lo bueno que había sido el día. No había duda que a pesar de todo, fue muy buena idea contratar a esas dos chicas. Son muy buenas. Sobretodo se alegraba de haber contratado a Carla, Olivia no era para nada mala, pero la verdad, desde que estaba Carla estaba mucho menos vergonzosa, prácticamente había perdido toda su vergüenza. Y Carla era muy buena, y divertida, la verdad siempre hasta cuando tiene ganas de matarla, al final le saca una sonrisa.

Hoy habían conectado más que en los meses que llevan trabajando. A pesar de haberlo pasado un poco mal porque su hermano no haya podido ir a trabajar, se alegraba por haber compartido el día con esas dos mujeres, porque chicas no son ya, pensó mirando como Carla atacaba a Olivia tarándole servilletas de papel.

jueves, agosto 19, 2010

historia, capitulo 9

- Vamos a ver pisos esta semana?- pregunto Carla para sorpresa de Olivia. Esperaba una burla o interrogatorio sobre lo que acababa de pasar con Mateo.

En el fondo se sentía algo aliviada, pero también confusa, Carla era su mejor amiga desde muy pequeñas, lo sabía todo, siempre se contaban todo.

En el fondo Olivia quería que su amiga le interrogase, pero al parecer no era el momento. Algo que le aliviaba un poco, vaya que mezcla de sentimientos, pensó.

- Problemas en el paraíso?- contesto rápido, no fuese que cambie de idea.

- Tía, enserio, algún día tenemos que “volar”- dijo mientras hacia gestos con las manos.- ya somos grandecitas, joder no podemos seguir viviendo con nuestros padres.

- Con lo maja que es tu madre!

- Claro, contigo, porque no eres su hija!

- Vale cuando quieres que vayamos a ver pisos?- pregunto comprensiva Olivia.- es por eso que estas tan rara?

Esa pregunta sorprendió a Carla. Rara? Ella estaba rara?, pero si la que llevaba ligando con tíos era ella desde que entro en el bar, que si el fotógrafo, que si el vecino…

- Yo no estoy rara.- dijo Carla

- Ya y yo no soy morena!, en fin, cuando quieres ir a ver pisos?

- Primero, pues no, no eres morena, eres castaña, pero no entiendo porque te gusta tanto torturarte el pelo tintándotelo tanto, con lo bien que te queda natural.- dijo mientras negaba con la cabeza. Suspiro.- el miércoles. He llamado a varios sitios así que…

- Ya has llamado?- pregunto Olivia sorprendida, Carla se asusto, seguro que vendría una bronca.- Vaya! Genial, has ahorrado trabajo, así me gusta cariño.- Se acerco a su amiga y le dio un beso en la mejilla, esta se había quedado paralizada, ahora cual de las dos era la rara.

- Dios creía que me matarías!, el miércoles vamos? ¡Genial!

-El miércoles, vais a donde, a la exposición?- pregunto Carles que salía de la cocina.

- Exposición?-preguntaron las camareras a unísono confusas.

- Si, -saco un folleto del bolsillo te atrás de su pantalón.- mirar, la exposición es de Alberto, creo.

Olivia cogió el papel y lo leyó, su jefe estaba en lo correcto, era una pequeña exposición que daba el fotógrafo “vecino” del bar.

Le había hablado varias veces de que quería hacer una exposición, pero nunca encontraba las fotos “perfectas”, ella le decía siempre lo mismo, con invitar a unos amigos las fotos les gustaran a todos, para eso son los amigos. Además que el arte es subjetiva, relativa, vamos que depende de cada uno.

Estaba sorprendida que no le haya comentado nada, bueno, no era quien, pero podía haber hecho un comentario, o algo por el estilo, no eran tan amigos, pero un comentario no habría estado mal.

Carla observaba como su amiga se sumergió en el folleto que su jefe había sacado de su bolsillo. Estaba tan concentrada mirándolo, que si tuviera súper poderes habría fulminado ese papel.

Seguro estaba pensando en porque no le dijo nada, nunca habían hablado del tema, dado que nunca se había dado cuenta de cómo miraba el fotógrafo a su amiga.

Hoy cuando dijo que se verían por la tarde, el rostro de él se le ilumino y eso no le gusto nada a Carla, dios, pero si podría ser su padre.

- Habéis muerto?- pregunto Carles, sacando a ambas de sus pensamientos.

- No sabia que iba a hacer una exposición...- dijo Olivia aun pensando en porque se sentía así, estaba ¿desilusionada?, ¿enfadada?, no tenia sentido, nada tenia sentido últimamente.

- Oye, creo que tendríamos que empezar a recoger, no?- dijo a Carla mirando a su amiga.- por favor, odio los lunes, y quiero que este acabe ya.

Carla cogió a su amiga de la cintura, y la saco fuera de la barra. Olivia se dejo llevar, aun pensando. Carles siguió a sus camareras.

Los tres empezaron a limpiar el bar en silencio, solo sonaba la radio aun.

Los tres estaban sumergidos en sus pensamientos, acompañados por música.

martes, agosto 17, 2010

historia, capitulo 8

- Tranquila Carla, el asesinato es ilegal...- decía Carla que continuaba con los ojos cerrados y respirando fuerte. Abrió los ojos y miro fijamente a su amiga.- Aun.

Olivia y Carles comenzaron a reírse. Carla cogió el periódico y lo puso frente a su amiga donde estaba el plato de macarrones, que Carles ya había recogido.

- Pisos en alquiler, por la zona.- dijo Carla con un tono totalmente relajado.

- ¡Es verdad! Nuestro plan!


- Te recuerdo que en breves cumples los 19, es decir llevamos un año de retraso.

- Que plan? Por que tengo una sensación extraña.-dijo Carles mirando a Carla, esta le miro y con un tono muy tranquilo y dulce le respondió.

- Veras, la señorita Bagur- señalo a Olivia esta puso la espalda recta, sonrío y levanto la mano derecha, señalándose a si misma- y yo prometimos que cuando ella y yo tuviéramos 18 y 19 años, respectivamente, y tengamos un trabajo fijo, nos mudaríamos a vivir juntas.

- Habéis conseguido un trabajo fijo?- pregunto Carles sorprendido.

Carla estaba apunto de contestarle con una palabrota, cuando Olivia se levanto del taburete y se dirigió a la mesa de Mateo. Este le había hecho una seña. Ambos quedaron observándola.

- Has acabado?


Olivia sonrío. Esa sonrisa estaba empezando a gustarle a Mateo.

- Si, estaba todo buenísimo, hasta el agua.

- El agua siempre esta buena.


Volvió a sonreír. Mateo se quede mirando a Olivia, estaba encantado de haberla conocido, de haber cogido el ascensor, de que lloviese, de que ella llegase tarde y no pudiera subir a por su paraguas y tuviera que coger el de un desconocido, estaba encantado de haber bajado a comer, y no quedarse en la oficina. Encima esa camarera de pelo castaño y ojos verdes que tenia delante era su vecina. Vivía en el piso bajo el suyo.

- Mateo?- pregunto Olivia moviendo su mano frente a su vecino.- Estas bien?

- Eh,… si… si,… lo… siento.- dijo, sus mejillas estaban algo sonrojadas.

Olivia se dio cuenta que el chico se había ido a las nubes, pensó que seguramente pensaba en su novia, ella tenia tanta suerte, que todos los chicos “buenos” para ella, ya eran de otra persona, eso o eran gays.

- Quieres la cuenta o vas a comer algo mas?

- La cuenta, - respondió Mateo que ya estaba volviendo de las nubes.- creo que si como algo más, es posible que explote.

- De acuerdo, en un pis pas, te traigo la cuenta.

Su jefe y su amiga ya se habían puesto a trabajar. “Se acabo el recreo” susurro Carla mientra pasaba junto a su amiga con unos platos para fregar.

Carles estaba preparando la cuenta para Olivia, mientras esta colocaba los platos en el fregadero, pensando en lo que le estaba pasando ese lunes. Siempre los había odiado, sin embargo, hoy había conocido a su vecino, ese vecino que esperaba por el bien se su insomnio no hiciera tanto ruido como el anterior. Ese vecino que había sido tan amable que le presto el paraguas, y casualmente trabajaba cerca de donde ella trabajaba. Además tenia unos ojos muy bonitos, era raro esta mañana parecían azules, sin embargo ahora los tenia un poco grisáceos, “Edward Cullen” pensó, seguido de unas risas, a veces si que era verdad que se le iba la pinza.

Carla la observaba, estaba claro que a su amiga le gustaba ese chico, pero lo que a ella le importaba ahora era saber si podrían ir a ver pisos, quería un cambio en su vida, ya.

Tenia todo planificado para ir el miércoles, pero Olivia ni siquiera había visto el periódico, se enfadaría si le decía que ya había llamado a varios. En fin, algún día tendrían que mudarse.

Cuando iba a acercarse a su amiga, esta cogió la cuenta y se dirigió a la mesa de “su novio” como pensaba empezar a llamar a su vecino.

- Toma.-dijo Olivia.

- Vale, gracias, pero podía acercarme a la caja.

- Pues hazlo,- sonrió- me ahorraras trabajo, aunque hoy ha sido un día muy tranquilo, mas de lo normal.

Mateo miraba a su vecina, esta empezó a recoger lo que quedaba en su mesa.

- Creo que voy a llegar tarde, madre mía hace una hora he salido a comer ya son las cuatro!- dijo mateo algo sorprendido por la hora, se le había hecho muy corto el día, casi no pudo hablar con su vecina, pero si mirarla.

- Pues corre que te cobro.- Olivia recogió todo rápido lo coloco todo en la barra, y se dirigió a la caja. Mateo le siguió, le entrego el dinero. Si no fuera que tenia que ir a trabajar se habría quedado hablando con ella. ¿Tendrá novio?, se pregunto mientras la camarera le devolvía el dinero.

- Vuelve cuando quieras!

- Por supuesto,-respondió eufórico y rápido Mateo.- la comida es riquísima.- dijo en tono mas normal, deseando no haber parecido un idiota.

- Pues,-de inclino un poco sobre la barra, acercándose a Mateo, este inconcientemente también se acerco a la camarera.- entonces tienes que probar la de Juan.- dijo Olivia susurrándole a su vecino. Se quedaron un momento callados, hasta que entro un cliente en el bar.

Rápidamente se separaron, sonrieron y se despidieron con la mano.

- Tengo que ir a trabajar.-dijo resignado.- nos vemos.

- Suerte. Hasta luego!

domingo, agosto 15, 2010

historia, capitulo 7

- Bueno, bueno, mira lo que tengo aquí!- dijo Carla sentándose en la barra junto a su amiga.

- ¡Dios santo!- Olivia cogió a su amiga del brazo, abrió los ojos como platos y en tono sarcástico continuo.- ¡un periódico!

- Eres imbecil.- dijo Carla liberándose del brazo de su amiga.- ves esto, ves, ves!?- señalaba una pagina.

- Letras!- Olivia continuaba con su actuación.

- Dios… de verdad, te drogas?

- A veces,- se encogió de hombros y cogió el baso de agua antes de beber, dijo.- lc, ld, la, jd ,jb, hdp…

- “hdp”?- pregunto Carla desorientada.

- Yo que se, - volvió a encogerse de hombros.- yo las tomo, no les pongo nombre.

- Todo lo que has dicho te lo acabas de inventar.- dijo Carles que se acercaba con dos platos de comida, de algo que deberían ser macarrones con salsa boloñesa. Las dos camareras se quedaron serias mirando como su jefe ponía cada plato frente a ellas. Las dos empezaron a mirarse por el rabillo del ojo y al plato, y luego otra vez se miraban o miraba a su jefe que continuaba esperando una reacción.

- Bueno… vais a comer o que?- dijo el jefe.

- Emm… yo…

- Anda! Si es tu plato favorito Oli!

Olivia rápidamente fulmino a su amiga con la mirada, primero por decir que su plato favorito era ese, cuando debía saber que era la lasaña, y segundo porque era una manera de hacer que sea la primera en intoxicarse. Miro como su jefe le miraba esperando una respuesta.

Ahora estaba con cara de niño bueno, era extraño, ya que siempre estaba serio regañándolas o “charlizandolas” como decía Carla, cuando les hablaba en tono sarcástico, para no mandarlas a tomar aire.

- En realidad, querida amiga, y Charlie, mi plato favorito es la lasaña,- al ver como la cara de su jefe estaba empezando a perder la sonrisa, cogió rápidamente el tenedor, pincho un macarrón y se lo metió en la boca. Para su sorpresa, estaba realmente bueno.- hhmm,…- termino de digerir.- pero si esta genial!- dijo sorprendida.

- Porque has sonado sorprendida?- pregunto Carles serio.

- Bueno, Carles, sabes… ¡Carla tienes que probarlo!- se interrumpió a si misma.

- Si que eres sutil para cambiar de tema.- susurro Carles que ahora observaba a Carla.

- No se, es que estoy a dieta sabes.-dijo mirando a su jefe.

- Va Carla, no me seas llorica, enserio están buenos!- le animo su amiga.

- Porque os sorprende que cocine bien?- interrumpió Carles.

- Porque Charlie sin sus ángeles estaría muerto.- dijo Carla mientras cogía el tenedor. Probó la comida y también le gusto mucho.- Vaya! Ya te puedes casar! Están muy buenos!

- Como el cocinero?- pregunto susurrando Olivia a carla. Esta simplemente le pego una patada.- aauuch.- se quejo Olivia.

- Vaya, pero si toda la gente ha comido mi comida, que os pensabais, que abrí un bar solo para tener alcohol cerca?- pregunta retórica a la que sus empleadas se miraron entre si, volvieron a mirarle, ambas empezaron a asentir con la cabeza.- lo que yo digo, sois tontas…- dijo mientras se hacia camino a la cocina. Olivia y Carla empezaron a reírse a carcajadas.

La hora de comer en el bar solía ser un caos, pocas veces podían sentarse los tres juntos a comer. Nunca se sentaban en una mesa eso si, normalmente se turnaban para comer. Pero hoy todo estaba tan tranquilo que hasta Carles se sumo a las chicas en la barra. Eso si el estaba dentro, ellas en un taburete fuera. De vez en cuando miraban a ver si sus clientes necesitaban algo. Los nuevos universitarios, estaban como en casa, ya que conocían a Olivia y Carla, si querían algo se acercaban a la barra. La chica del libro, solo había entrado a por un café, Carla estaba segura que solo quería ir al baño, pero pidió un café ya que normalmente los baños son solo para clientes. Y al parecer tenía razón, porque dejo casi l mitad del café. Eso si, no se fue sin antes decirle a Carles el nombre del libro, ya que carla ni Olivia se animaban porque decían que las miraba con cara rara. Mateo, el vecino de las chicas, el chico que le dejo su paraguas a Olivia, el de los ojazos, según carla, se encontraba en su mesa, disfrutando de su comida y su agua mineral natural fría. Olivia le miraba de vez en cuando, cuando Carla le dijo que tiene que pagar aun, que no va a desaparecer, Olivia respondió molesta que solo miraba por si necesitaba algo, a lo que Carles intervino diciendo que una noche de sexo, Olivia le fulmino con la mirada y Carla se reía a carcajadas.

- Bueno me vas a preguntar para que sirve el periódico?- pregunto Carla, estaba realmente satisfecha, la comida de Carles estaba espectacular.

- Para san Fermín…,-dijo dudando Olivia.- no, no espera, para cuando algo se mancha y lo pones encima, no, no…- respondía rápido e imitando un tono nervioso. Carles empezó a reírse, estaba pasándoselo muy bien con sus camareras.

Carla miro a su amiga enarcando una ceja, bebió un poco de agua, cerró los ojos, y suspiro profundamente.

sábado, agosto 14, 2010

historia, capitulo 6

- Hola- dijo aun incrédula de lo que estaba viendo.

- Olivia?, ¡Hola!- dijo Mateo sonriendo a la camarera. Esta se sorprendio que se acordara su nombre, bueno tambien de que ella recordara el suyo.

- Que… haces aquí?

- Pues, trabajo en un edificio de aquí a la vuelta, y me han dicho que la comida de aquí era realmente buena. Tu que haces aquí?- cuando acabo de preguntar se rió, dándose cuenta de la pregunta tan absurda que acababa de hacer.

- Pues, -dijo Olivia sonriendo- trabajo aquí.

- Ya, ya veo, vaya... casualidad eh…

- Si, si...- ambos seguían sonriendo- veras, lo de que la comida es realmente buena, no voy a negarlo, pero,- dijo acercándose un poco a Mateo que ahora se había puesto un poco nervioso- el cocinero esta enfermo, y no ha venido a trabajar hoy.- dijo entre susurros.

- Vaya,- le temblaba la voz, tenia tan cerca de Olivia, que temía que esta pudiera escuchar sus pensamientos.

- Pero tranquilo, aquí a la esquina hay un mc donalls.

Ambos rieron. Olivia había vuelto a su postura normal, cosa que Mateo agradecía, se había puesto realmente nervioso teniendo a su vecina tan cerca.

- Entonces, puedo comer aquí, o me voy por un big mc?- dijo Mateo en tono serio.

- Bueno, puedes ir a por un big mc, o sufrir una pequeña intoxicación con la comida de mi jefe.- dijo abriendo los ojos en grande y negando con la cabeza, aunque su boca continuaba sonriendo.

- Creo que prefiero intoxicación. Suena, interesante.- dijo riéndose de la cara que puso Olivia.

- Vale, pero tranquilo que ya me he aprendido el número del ciento doce.- estaba sorprendida de si misma, nunca solía ser tan simpática, nunca con alguien a quien acababa de conocer, recordaba que cuando conoció a Carles le costo prácticamente tres semanas hablarle con naturalidad, siempre había sido muy vergonzosa.- pues nada chico, si luego te pregunta la poli, yo te advertí.- dijo entregándole la carta.

- Olivia, me hechas una mano. – le llamo Carla del otro lado de la barra.

- Me reclaman,- no había quitado lo ojos de su vecino, eran de un color grisáceo muy bonitos- en unos minutos vuelvo para ti… quiero decir, vuelvo contigo, para coger el pedido. Me voy.- se había puesto algo nerviosa, no sabia lo que estaba diciendo. Se dio media vuelta y se dirigió a la barra allí se encontraban Carles y Carla que la miraban riéndose, al parecer habían escuchado el ultimo trozo de conversación.

- Vaya! –rompió el pequeño silencio incomodo Carla.- quien es ese?- dijo mirando a Mateo.

- Emm, es nuestro vecino.- dijo Olivia intentando demostrar el mínimo interés.

- Como? Como? Vecino? Nuestro? Eso es imposible,- ahora estaba mirando a su amiga.- si fuera nuestro vecino, YO lo sabría.

- Pues creo que es nuevo. Bueno, que mesa tengo que servir?- pregunto ignorando a Carla que estaba preparando una bandeja con una botella de agua grande y tres coca-colas y siete vasos.

- A la mesa de los chicos.- dijo Carles que estaba divirtiéndose viendo como Olivia ignoraba a Carla.

- Esa es mi mesa!- replico Carla como una niña pequeña.

- Cariño, crees que podrás llevar eso tu sola, sin matarte por el camino?- pregunto Carles.

- Pues claro! Mírame- dijo a la vez que cogía la bandeja y se hacia camino a la mesa. Llego perfecta, nada mas dejar las cosas en la mesa se dio media vuelta y miro a su jefe, este le hizo un gesto con la mano de “OK”, a lo que Carla simplemente enarco una ceja y siguió depositando las cosas en la mesa de los estudiantes.

- Voy a preparar la comida.- dijo Carles dirigiéndose a la cocina con tono de resignación.

- No nos incendies, por favor.- dijo Olivia observando como su jefe entraba en la cocina. Se dio la vuelta y miro a Carla, que seguía hablando con los universitarios, al parecer estaba una amiga que ambas conocían, pero ahora mismo iba a preguntarle a su vecino que quería para beber, luego iría a saludar a sus amigos. Estaba siendo un día muy raro para Olivia, sin embargo creía que aun quedaba algo más, y no se equivocaba.

Llego a la mesa en la que se encontraba su vecino, este seguía mirando la carta, se paro frente a el.

- Sabes por mas que busques, no encontraras “big mac”.

- Vaya, tenia la esperanza de que mis poderes funcionasen.- dijo con cierta desilusión.

- Ya sabes que quieres?- Mateo miro rápidamente los ojos verdes de la camarera.

- Un agua…- dijo sonriendo sin dejar de mirarla a los ojos. Olivia fue la primera en apartar la vista para escribir en su pequeña libreta.

- Muy bien, chico sano, y para comer?- volvió a mirar a su vecino, parecía que tenia los ojos mas bonitos que hace unos minutos.

- Sorpréndeme.

- ¡Sorpresa!.- respondió rápidamente la camarera. Ambos empezaron a reírse.

Olivia no paraba de preguntarse que estaba haciendo, sin embargo seguía riendo, mirando los ojos de su vecino, quien también la observaba y reía, pensando para si, que aquella chica, su vecina, la chica del paraguas, la camarera era realmente simpática y muy guapa.

viernes, agosto 13, 2010

historia, capitulo 5

Carles estaba de vuelta en el bar. Venia prácticamente mojado, entra directamente al vestuario, unos segundos después entra Olivia.

- Puedo pasar?- pregunta la camarera.

- Claro aprovecha que estoy con ropa.

- Carles veras,… hoy no tengo clase por la tarde,… tengo libre,- vacilo un poco la camarera antes de continuar.- como soy tan buena alumna, estos días van a repasar para los que han suspendido un examen, así que, hoy…

- Quieres no venir por la tarde? Para eso podías haberte ahorrado lo de “que eres muy buena” y hubieras seguido como si fuera un día normal.- interrumpió Carles un poco enfadado.

- Primero, si no decía que era muy buena, explotaba, - dijo riéndose- y segundo, iba a decirte si querías que viniese, dado que Juan esta enfermo, y bueno tú solo con carla,… probablemente os matéis, y no quiero sentirme culpable.

- Vaya, pero que has hecho con Olivia tu?- dijo sorprendido.

- Te lo he dicho, esto de cumplir años me esta haciendo mal.-decía mientras negaba con la cabeza.

- Ya veo ya, pues claro, estaría encantado que vinieras, bueno que te quedaras.- dijo con una gran sonrisa, mirando los ojos verdes de su camarera.

- Bueno, dejo que te seque, vuelvo para ayudar a Carla que luego da el coñazo.- sonrió, antes de salir del vestuario miro a su jefe.- y las chuches?

- Y las chuches??!!- Pregunto histérico.- No me ves! Estoy todo mojado!

- Y que?, las chuches no se deshacen con el agua,- chasqueó la lengua.- eres un soso.

Se dio media vuelta y salió del vestuario. Fuera vio como su amiga cobraba a los universitarios.

- Volver cuando queráis.- dijo carla, mientras le guiñaba el ojo al único chico del grupo, el alto y moreno de ojos azules.

- Por supuesto.- contesto este con una sonrisa que dejaba a la vista sus dientes perfectos. Acto seguido, la chica rubia le cogió de la mano y lo saco muy rápido del bar, Carla y Olivia se miraron y empezaron a reír.

El bar había quedado prácticamente silencioso, si no fuese que estaba encendida la radio. Solo quedaba el matrimonio que estaban acabando de almorzar, Alberto, y por supuesto Carla, Carles y Olivia.

- Olivia, un café fantástico.-dijo Alberto cogiendo la cartera de su bolsillo del pantalón.

- Siempre dices eso, búscate adjetivos nuevos para esta tarde.- dijo Olivia mientras recogía la taza.

- Esta tarde?- su tono era sorprendido- pero si hoy es lunes, no tienes clase?- ahora el tono de Alberto demostraba cierto interés.

- Veras, soy una alumna muy buena- dijo orgullosa de si misma- y la única que aprobó el examen final, así que tengo unas mini-vacaciones.

- Vaya, me alegro, y enhorabuena.- esbozo una sonrisa- pues te veo esta tarde?

- Nos vemos esta tarde.- sonrió, para la edad que tenia Alberto no estaba nada mal, pensó Olivia mirando los ojos marrones del fotógrafo, que le guiño un ojo y se dirigía a la salida.

- A que ha venido eso?- dijo Carla sacando a Olivia de sus pensamientos.

- Que?- dijo sin saber a que se refería.

-“Te veo esta tarde”- dijo imitando voz de hombre- “Nos vemos esta tarde”- ahora imitando a su amiga.

- Yo no hablo como gilipollas!

- Estabas ligando con el o que, tía.- dijo Carla que ahora se ponía seria.

- Perdona, nos puedes traer la cuenta?- dijo el hombre que se había acercado a la barra.

- Si, por supuesto- contesto Olivia dirigiéndose a la caja, detrás le seguía Carla.- Que quieres?- dijo molesta

- Que me respondas, estabas ligando con el fotógrafo?- pregunto con tono autoritario.

- Tu te oyes cuando hablas?- dijo Olivia mientras preparaba la cuenta para el matrimonio- toma, lleva esto y mejor cállate un rato, anda.

- Es mucho más mayor que tú, lo sabes verdad.

- Carla, la cuenta.- dijo Olivia que ahora también se había puesto seria.

No podía creerse lo que le preguntaba su amiga, se había vuelto loca, como va a estar ligando con Alberto, era un cliente muy simpático que llevaba tiempo yendo al bar, simplemente hablaban, Olivia sabia que Carla estaba muy rara, mas de lo que suele estar normalmente, cuando se sentasen a comer le sacaría que le estaba pasando.

Mientras, Olivia repasaba las mesas pensaba como sonsacarle a Carla información. Eran muy buenas amigas, como era posible que no quisiera hablarlo con ella. Carla siempre le daba el discurso de que en ella podía confiar, y contarle todo, pero para sacarle información a Carla solo podía hacerlo Emma, y siempre amenazándola, y eso no se le daba muy bien a Olivia.

En ese momento, varias personas entraron al bar; un grupo de tres chicas y cuatro chicos se dirigieron al fondo del bar, donde cogieron dos mesas para poder estar cómodos; una chica se sentó cerca de la barra, con un libro, y mas tarde entro un chico que se sentó en una de las mesas del centro del bar, cerca de donde estaba Olivia limpiando, cuando esta se dio la vuelta se sorprendió al ver quien era.

jueves, agosto 12, 2010

historia, capitulo 4

Entra en la cocina Carla, seguida por su jefe.

- A que ha venido eso, Carla?- pregunto su jefe en tono tranquilo, para sorpresa de Carla, creía que iba a regañarla.

- A que ha venido el que, estaba atendiendo un cliente.- respondió
indiferente.

- Pues vaya manera de tratar a un cliente, no crees- ahora estaba intentando encontrarse con los ojos color miel de la camarera- mira cariñet…

- Espera,- interrumpió- antes de que empieces con el sermón, no, no es mi novio, ni el de olivia, es un ex amigo nuestro, un tío muy pesado… dejemos lo ahí mejor…

- Os ha hecho algo, porque salgo y no respondo de mí,-dijo Carles en tono serio, Carla sabia que aunque las tratase siempre apáticamente, en el fondo las quería- que aunque seáis las dos camareras mas irresponsables que haya conocido nunca,- decía a la vez que colocaba su mano en el hombro de su camarera.- y llegáis tarde siempre, y os olvidéis de las cosas y…

- Esto nos va a llevar a algún sitio?- otra vez interrumpió la camarera esta vez algo avergonzada.

- Si, una para que veas que me doy cuenta de las cosas y dos para que también veas que os tengo mucho aprecio, y como ese tío se haya metido con mis camareras, cojo un cuchillo y le abro en canal.- finalizo mirando los ojos de Carla consiguiendo sacarle una sonrisa.

Ambos se quedaron mirando unos segundos, estaban realmente cerca, Carla estaba poniéndose algo nervioso.

- Hasta Olivia puede darle una paliza a Mario, no te hagas el héroe Charlie- dijo intentando romper el silencio que se había originado.

- Anda, ese era Mario?- dijo sorprendido.

- Si, ese es el tontolaba de Mario Llorens.

- Pues si que ha cambiado, esta… más… guapo?- dijo liberando el hombro de carla.

- Vaya, pues si estas interesado le pido el numero,- rápidamente jefe y empleada miraron a la puerta de la cocina, allí estaba Olivia apoyada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados, y enarcando una ceja- vais a salir a trabajar hoy, porque yo solo tengo dos manos, sabéis.- ahora miraba fijamente a su amiga, esta rápidamente esquivo la mirada y salio de la cocina.

- Tengo que ir al banco a pagar unas cosas, quedas encargada Olivia.- dijo Carles cogiendo una chaqueta.

- De acuerdo, suerte, ah y compra chuches.-dijo sonriendo. Carles simplemente chasqueo la lengas y se dirigió a la salida del bar.

En el bar ahora se encontraban unas ocho perdonas; los universitarios, a la vista que la lluvia continuaba, decidieron seguir su reunión allí, un matrimonio que ahora ocupaban el lugar de los enamorados, y un hombre en la barra.

- Ya se ha ido el tontolaba? Ooh que pena no he podido despedirme-dijo Carla en tono sarcástico.

- Ya, estabas muy ocupada con el jefe en la cocina, eh- dijo Olivia dándole un codazo a su amiga.- espero no haber interrumpido nada,- decia mientras levantaba y bajaba las cejas.-no me lo perdonaría nunca,-coloco su mano derecha sobre su corazon.- y bueno… tú tampoco.

- Es que, enserio que te pasa hoy?, Olivia eres como los niños, la lluvia te afecta.- dijo esquivando las insinuaciones de su amiga.

- Ay amiga mía, es que no te has enterado aun, hace 18 años para 19 que te conozco a mi no me engañas.- ahora se puso frente a su amiga, comenzo a hablar en susurros- a mi no me digas que tu manera de mirar a Carles, es la manera de mirar a tu hermano, porque todos sabemos que no es verdad.

- Mira guapa, porque no atiendes a Alberto y yo voy con la parejita del rincón, eh.

- Siempre esquivando los enfrentamientos,- decía, mientras se dirigía al nuevo cliente de la barra- siempre te guardas las cosas, y ya te he dicho que no es bueno.- Carla simplemente le dirigió un gesto muy bonito levantando su dedo corazón de la mano izquierda.

Olivia empezó a reírse, mientras preparaba un café.

- Vaya día debéis llevar hoy.- dijo el hombre de la barra.

- No te creas, hoy no ha venido nadie, unas doce personas me aventuraría a decir.- dijo mientras colocaba la taza de café sobre un plato también blanco.

- Enserio? –dijo sonriendo el hombre de la barra.

- Si, es que no has visto la que esta cayendo fuera?, en la tienda cuanta gente ha entrado?

- Pues, dado que hoy no has ido a saludarnos, diría, -pone cara pensativa- unas cinco personas.

- Vaya, cinco es un buen numero.- dijo en tono sarcástico.

- Ni que lo digas, un número estupendo para estar en crisis y en el día del diluvio universal.

Ambos empezaron a reírse. Alberto era el dueño de la tienda de fotografía que estaba junto al bar. Todos los días iba a tomar un café, prácticamente a cada hora, decía que era para desconectar del trabajo y relajarse un poco.

- Toma el cenicero, que luego la que limpia aquí,- se queda callada un momento y mira a su amiga como atiende al grupo de universitarios.- es Carla- dice entre risas.

- Que mala compañera eres.- le dice Alberto cogiendo el cenicero.

miércoles, agosto 11, 2010

historia, capitulo 3

- Buenos días.- dijo cogiendo una pequeña libreta que tenia en el delantal.

- Hola Olivia, como estas?- dijo buscando encontrarse con los ojos de la camarera.-

- Perfecta, que vas a tomar?

- Olivia yo quería hablar contigo…-

- Mira Mario, ahora mismo estoy trabajando por si no lo has notado,-dijo con un tono algo molesto.- esto es un bar o pides algo o te largas.

- Un café, por favor…- dijo tan rápido que casi no se le entendía.-

- Bien.- estaba apunto de largarse cuando Mario le coge del brazo.

- Oliva, quería decirte que lo siento, de verdad- dijo con voz tierna.

- Pues si, yo también siento haber malgastado mi tiempo, de verdad- respondio.

En ese momento aparto la mirada de Mario y miró a la mesa de los cinco universitarios que le hacían señas.

- Puedes traernos cinco zumos de naranja?- dijo la chica rubia con una gran sonrisa.

- Por supuesto- dijo Olivia mirando hacia la mesa.- mira,- dijo mientras se liberaba de la mano que le cogía el brazo- tengo que seguir trabajando.

En la barra se encontraba Carla, que había vuelto de la cocina y ahora miraba fijamente a la camarera.

- Los chicos han pedido cinco zumos d…

- Que coño quiere ese?- interrumpió Carla impidiendo que Olivia acabase la frase.

- Ah si, un café- ignorando el verdadero sentido de la pregunta.

- Y que mas?- Carla que estaba seria.

- Nada mas,-dijo indiferente- Oye! Quieres ponerte a lo que toca- dijo Olivia en tono burlón- o es que el hombre misterioso te ha dejado en las nubes?

- Si, si, tu cambian de tema.- dijo Carla dirigiéndose a la maquina de café- Si pongo veneno dentro, lo notara?

- Va Carla tú los zumos, yo el café.

- Ni de coña, los zumos te los han pedido a ti, además has visto como me mira la rubia, fijo que ese morenazo es su novio y a notado que me mira con ganas de poseerme aquí mismo- dijo rápido antes de escuchar una replica.

- Madre mía, enserio, tienes que decirme quien es ese tío!- dijo Olivia riéndose.

- Que no hay ningún tío!- dijo Carla levantando un poco la voz.

- Nos cobras?- pregunto una de las mujeres de la barra mirando a Carla.

- Claro, dos cafés y dos croissant, son 4,20€.- coge el dinero, va a la caja coge el cambio, y vuelve.- Tome, cuatro con veinte más ochenta, son cinco.-dijo con una gran sonrisa en la boca.

- Oh no, deja las vueltas para las camareras más guapas y simpaticas...- dijo una de las mujeres mientras recogían los bolsos.

- Gracias.- dijo Carla, que se quedo un momento callada hasta que se fueron las mujeres.- Dios mío, somos ricas!- abre los ojos como platos y con tono sarcástico continua su actuacion- tenemos ochenta céntimos de propina! voy a decirle a Carles que renuncio, ya tengo la vida echa, voy a…

- Es una tía, verdad?-interrumpió Olivia a la vez que se giraba a su amiga, con tono de indignación, como si estuviese a punto de llorar -madre mía, lo sabia, lo sabia.-acabo mientras negaba con la cabeza, siempre montaban pequeñas escenas de teatro.

- Tía, estas enferma, háztelo mirar.- cogío el café y se fue de camino a la primera mesa, junto a la puerta, mientras su amiga la observaba desde el otro lado del bar.

- Aquí tienes pringado, son 2,80€ por ser tu.- dijo carla sin apartar la mirada de la mesa.

- Carla, yo…

- Yo que?- interrumpió seria, ahora mirando a la cara a Mario, que se sorprendido ante el tono de la camarera.- mira tío, eres un imbécil, no, no, corrección, no eres un imbécil, eres EL imbécil mas grande que existe, - Carla estaba empezando a levantar la voz, tanto que prácticamente todo el bar le estaba mirando- que estabas borracho, anda que eres gilipollas, lo que nos has hecho...

Carles salio de la cocina y se dirigía junto a su camarera.

- Esta todo bien?- pregunto, intentando calmar el ambiente.

- Si, todo perfecto.- respondio Carla ahora más calmada.- aquí tienes el café.

Carles le dirigió una sutil mirada a su camarera para que vaya a la cocina. Todos los que estaban en el bar ya habían vuelto a lo suyo. Solo Olivia les observaba.

martes, agosto 10, 2010

historia, capitulo 2

- Hoy es mi día de suerte?- pensó Olivia mientras llegaba victoriosa a la puerta del bar, que aun estaba cerrada.

Había tenido que correr tras el autobús, porque estuvo apunto de perderlo, además de haber montado el show de su vida buscando el bono del bus en el bolso, estaba claro que tenia que comprarse una cartera para las cosas “pequeñas”.

-Vaya, pero si has llegado puntual.- dijo un hombre mientras se acercaba a Olivia por detrás. Era Carles, su jefe.

- Lo que pasa es que me he caído de la cama, no te hagas ilusiones.- dijo con una sonrisa muy falsa.

- Ya, ya… eres la persona mas impuntual que conozco, lo se, hace cuatro meses “trabajas” aquí.- dijo remarcando la palabra “trabajas” no solo con la voz, sino que haciendo unas comillas con los dedos.

Olivia simplemente le miro y enarco una ceja, puso los ojos en blanco y entro, ya que Carles ya había abierto la puerta.

Hacia cuatro meses, Emilio, hermano mayor de Olivia, le había conseguido un trabajo en un bar, dado que esta había decidido tomarse un año sabático, puesto que no estaba segura sobre que hacer con su vida.

Lo mejor era tomarse un año y pensar que quería ser realmente. Un bar no era el trabajo deseado por Olivia, su sueño, era ser traductora, siempre se le habían dado bien los idiomas, y además soñaba con viajar, eso le fascinaba. Sus padres no lo veían como algo que le diese un buen futuro, por lo que le permitieron un año, para que se replantee que quiere “ser”. Aun así, por las mañana trabajaba en el bar, hasta la hora de la comida, por la tarde tenia clase de idiomas, cada día con un idioma: lunes ingles, martes italiano, miércoles francés y jueves alemán, los viernes eran sagrados a los que llamaba “noche de chicas”, con respecto a los idiomas, aunque sus padre no le gustase la idea de que su hija sea traductora ella tenia un plan que era reunir todos los puntos a favor para poder serlo.

En el bar trabajaba junto a su mejor amiga, Carla, que por quinta vez consecutiva llegaba tarde.

- Bueno, bueno, mira quien ha llegado.- dijo Carles mientras veía como
Carla no podía prácticamente respirar.

- Lo siento Carles, - dijo con la respiración entre cortada- pero he pinchado y cogí un taxi.

- Ya, bueno ve a dejar las cosas y échale una mano a Olivia que al parecer Juan esta con gripe - dijo indiferente al estado de su camarera.-

Carla se dirigía de camino al vestuario, cuando se cruzo con Olivia.

- Deja de fingir que estas agitada, eso ya no funciona cuando lo has hecho unas, mmm... déjame pensar, siempre?-

- Envidiosa.- dijo Carla. Antes de que cerrara la puerta Olivia puso el pie.

- Que seas la favorita del jefe no me impide que te de una ostia, eh

- JA! Tu pegar a quien?- dijo Carla mientras volvía a abrir la puerta del vestuario y se ponía frente a Olivia, con aspecto desafiante.

- Eh vosotras dos, vais a trabajar o vais a hacer el gilipollas, porque si es así, fuera podéis encontrar algún rincón con barro- dijo Carles dirigiéndose a sus camareras.

- Salvada por la campana.- dijo Olivia mirando también fijamente a su amiga.

- Suerte la próxima vez, monada.- guiña un ojo Carla y se mete en el vestuario.

La mañana fue bastante tranquila, para suerte de Olivia y Carla, la lluvia había hecho que la gente se quedase en sus casas o simplemente no salieran de la oficina.

Había solo diez personas en el bar; en una de las mesas del centro, un hombre con su portátil sobre la mesa y el móvil en la oreja; en un rincón del fondo, una pareja de adolescentes que seguramente se habían saltado algunas clases; en dos mesas, un grupo de cinco estudiantes de universidad, hablando sobre un proyecto, y en la barra dos mujeres.

- Bueno, bueno, cuenta, quien ha sido el culpable esta vez, porque yo no me trago lo del coche, dado que cuando baje esta mañana estaba aparcado en la esquina,-acabo de decir mientras se sentaba en la barra mirando como su amiga no paraba de sonreír mientras repasaba unas copas.- Va, cuenta, en casa de quien acabaste anoche?

- Como que en casa de quien,- dijo Carla con tono de indignación, dejando la copa que sostenía con las manos en la barra- en mi casa guapa, estudiando, que en nada tengo los finales, sabes no todos tenemos el privilegio de cogernos un año sabático.-dijo intentando ponerse seria, cosa que no logro cuando miro a su amiga a los ojos.

- Eres una guarra!- dijo Olivia entre susurros, para que no la oyese ningún cliente, en ese momento entro un hombre al bar, que se ubico en la primera mesa, junto a la puerta.-

- Lo que me faltaba… mejor me voy a la cocina a comprobar que Carles no ha muerto.- dijo mientras se alejaba, se dio media vuelta y miro otra vez a su amiga a los ojos- Tu,-dijo como dando una orden- como te haga algo cojo un cuchillo y le abro en canal.

- Eres demasiado dramática.- dijo Olivia mientras se encaminaba a atender al nuevo cliente.

lunes, agosto 09, 2010

historia, capitulo 1

El despertador suena, 7.45 de la mañana, lunes, Olivia, detesta los lunes, pero hacerse mayor es lo que tiene, responsabilidades y horarios que cumplir.

Es la cuarta vez que suena la alarma, coge el móvil, lo paga; se estira, mientras intenta abrir los ojos vuelve a prometerse que esta noche si que se acostara pronto, no es posible acostase a las tres e intentar ser persona a las siete de la mañana.

Sale de la cama camino a la cocina, debe prepararse el desayuno, dado que su padre y su madre ya se han ido a trabajar, un café la despertara.

Mientras se cepilla los dientes observa las ojeras que tiene bajo sus ojos, no se puede creer que con 18 años una persona tenga esa cara ya, no le gusta mucho maquillarse, pero tiene que mantener una buena imagen.

Una vez vestida, con unos vaqueros de pitillo que obviamente tiene dentro de unas altas botas planas de cuero negro, una camiseta blanca y su chaqueta también de cuero coge una de sus bufandas favoritas, la negra, ama esa bufanda aun intenta recordar donde se la compro, la mira con un cariño especial, pero aun así no hay manera de recordar, coge el bolso echa un ultimo vistazo dentro, no vaya a ser cosa que vuelva a olvidarse el bono del autobús.

- Todo en su sitio.- dice con una sonrisa forzada, sale de la habitación, el sueño hace que vuelva a mirar la cama; pasa por la sala de estar, tiene demasiadas ganas de tirarse en el sofá y dormir, pero no quiere volver a llegar tarde, prometió a su jefe que esta vez no lo haría.

Salio de casa, en el ascensor se encuentra con un vecino. Olivia siempre decia que los ascensores deberían ser para una persona, no le gustaba nada hablar por las mañanas, y menos con alguien que ni conoce.

- Buenos días. – dice con una sonrisa en la cara, sube al ascensor al tiempo que busca su ipod en su gran bolso negro.

Su acompañante la mira de arriba a bajo, esta seguro que es la primera vez que la ve, pero ella ni siquiera le ha mirado.

- Serian buenos si la lluvia nos diese un respiro.- dijo el chico al tiempo que intentaba dejar de mirar a Olivia. Esta le mira inmediatamente. El ascensor ya estaba llegado a la planta baja.

- Que? Dios, no otra vez? – Olivia estaba realmente nerviosa, iba a llegar tarde y mojada, rápidamente deja caer el ipod en el bolso y reanuda una nueva búsqueda, esta vez le toca a su paraguas, que para su sorpresa, no esta en el bolso.

- Sabes que,- dijo adivinando que buscaba su vecina- toma, te dejo el mío, yo tengo el coche aquí a la vuelta aparcado, no pasa nada, enserio. –dice su vecino con un tono muy simpático, Olivia le mira, el chico es realmente guapo, será nuevo en el edificio se pregunta mientras coge el paraguas verde.

- Vaya, mil gracias de verdad, yo…-

- No tienes que agradecer,- interrumpe impidiendo que acabe la frase- estas muy guapa y no me perdonaría saber que te has mojado.- se queda unos segundos callados simplemente mirando se a los ojos.

Se abren las puertas del ascensor, ya estaba en la planta baja.

Olivia es la primera en emprender camino hacia la puerta de la calle, fuera llueve, tanto que parece ser el diluvio universal.

- Muchísimas gracias por el paraguas, te lo devolveré, lo prometo.- dice antes de salir del ascensor.

Cuando abre la puerta de la calle, se da le vuelta y ve como su vecino viene caminando detrás, sonriendo y mirando los escalones de la pequeña escalera del gigantesco patio.

- Por cierto me llamo Olivia, Olivia Bagur, del 5º puerta 20. – dijo con una sonrisa, mirando fijamente a su compañero de ascensor, esperando una respuesta.

- yo... yo soy Mateo Boixadè, del 7º puerta 25.- dijo sorprendido ya que no esperaba la presentación de Olivia.

- Un placer, Mateo. Ahora si me perdonas tengo que ir me, como llegue tarde una vez mas, creo que me asesinaran y no podré devolverte el paraguas.- dijo con una sonrisa, mientras se preguntaba que le pasaba, desde cuando tan simpática y sobretodo a esas horas de la mañana.

- Lo mismo digo, buena suerte.

- Gracias, no te mojes demasiado.- otra vez, piensa Olivia, que haces, quieres irte ya.

Sale a la velocidad de la luz por la puerta, Mateo sigue en la misma postura, en la escalera, observa como Olivia cruza la calle y desaparece. Era una chica realmente interesante, pensaba que en un edificio tan grande era imposible cruzarte con algún vecino, sin embargo en el primer día ya había, no solo conocido a alguien, sino que también…

- Es una locura tío que pienses eso.- se dijo mientras bajaba la pequeña escalera de cuatro escalones.

domingo, agosto 08, 2010

new story ;D

Bueno, blog abierto exclusivamente para mi nueva historia que me he propuesto escribir, espero que os guste.
Abierta a sujerencias.

un saludo, M.