lunes, agosto 09, 2010

historia, capitulo 1

El despertador suena, 7.45 de la mañana, lunes, Olivia, detesta los lunes, pero hacerse mayor es lo que tiene, responsabilidades y horarios que cumplir.

Es la cuarta vez que suena la alarma, coge el móvil, lo paga; se estira, mientras intenta abrir los ojos vuelve a prometerse que esta noche si que se acostara pronto, no es posible acostase a las tres e intentar ser persona a las siete de la mañana.

Sale de la cama camino a la cocina, debe prepararse el desayuno, dado que su padre y su madre ya se han ido a trabajar, un café la despertara.

Mientras se cepilla los dientes observa las ojeras que tiene bajo sus ojos, no se puede creer que con 18 años una persona tenga esa cara ya, no le gusta mucho maquillarse, pero tiene que mantener una buena imagen.

Una vez vestida, con unos vaqueros de pitillo que obviamente tiene dentro de unas altas botas planas de cuero negro, una camiseta blanca y su chaqueta también de cuero coge una de sus bufandas favoritas, la negra, ama esa bufanda aun intenta recordar donde se la compro, la mira con un cariño especial, pero aun así no hay manera de recordar, coge el bolso echa un ultimo vistazo dentro, no vaya a ser cosa que vuelva a olvidarse el bono del autobús.

- Todo en su sitio.- dice con una sonrisa forzada, sale de la habitación, el sueño hace que vuelva a mirar la cama; pasa por la sala de estar, tiene demasiadas ganas de tirarse en el sofá y dormir, pero no quiere volver a llegar tarde, prometió a su jefe que esta vez no lo haría.

Salio de casa, en el ascensor se encuentra con un vecino. Olivia siempre decia que los ascensores deberían ser para una persona, no le gustaba nada hablar por las mañanas, y menos con alguien que ni conoce.

- Buenos días. – dice con una sonrisa en la cara, sube al ascensor al tiempo que busca su ipod en su gran bolso negro.

Su acompañante la mira de arriba a bajo, esta seguro que es la primera vez que la ve, pero ella ni siquiera le ha mirado.

- Serian buenos si la lluvia nos diese un respiro.- dijo el chico al tiempo que intentaba dejar de mirar a Olivia. Esta le mira inmediatamente. El ascensor ya estaba llegado a la planta baja.

- Que? Dios, no otra vez? – Olivia estaba realmente nerviosa, iba a llegar tarde y mojada, rápidamente deja caer el ipod en el bolso y reanuda una nueva búsqueda, esta vez le toca a su paraguas, que para su sorpresa, no esta en el bolso.

- Sabes que,- dijo adivinando que buscaba su vecina- toma, te dejo el mío, yo tengo el coche aquí a la vuelta aparcado, no pasa nada, enserio. –dice su vecino con un tono muy simpático, Olivia le mira, el chico es realmente guapo, será nuevo en el edificio se pregunta mientras coge el paraguas verde.

- Vaya, mil gracias de verdad, yo…-

- No tienes que agradecer,- interrumpe impidiendo que acabe la frase- estas muy guapa y no me perdonaría saber que te has mojado.- se queda unos segundos callados simplemente mirando se a los ojos.

Se abren las puertas del ascensor, ya estaba en la planta baja.

Olivia es la primera en emprender camino hacia la puerta de la calle, fuera llueve, tanto que parece ser el diluvio universal.

- Muchísimas gracias por el paraguas, te lo devolveré, lo prometo.- dice antes de salir del ascensor.

Cuando abre la puerta de la calle, se da le vuelta y ve como su vecino viene caminando detrás, sonriendo y mirando los escalones de la pequeña escalera del gigantesco patio.

- Por cierto me llamo Olivia, Olivia Bagur, del 5º puerta 20. – dijo con una sonrisa, mirando fijamente a su compañero de ascensor, esperando una respuesta.

- yo... yo soy Mateo Boixadè, del 7º puerta 25.- dijo sorprendido ya que no esperaba la presentación de Olivia.

- Un placer, Mateo. Ahora si me perdonas tengo que ir me, como llegue tarde una vez mas, creo que me asesinaran y no podré devolverte el paraguas.- dijo con una sonrisa, mientras se preguntaba que le pasaba, desde cuando tan simpática y sobretodo a esas horas de la mañana.

- Lo mismo digo, buena suerte.

- Gracias, no te mojes demasiado.- otra vez, piensa Olivia, que haces, quieres irte ya.

Sale a la velocidad de la luz por la puerta, Mateo sigue en la misma postura, en la escalera, observa como Olivia cruza la calle y desaparece. Era una chica realmente interesante, pensaba que en un edificio tan grande era imposible cruzarte con algún vecino, sin embargo en el primer día ya había, no solo conocido a alguien, sino que también…

- Es una locura tío que pienses eso.- se dijo mientras bajaba la pequeña escalera de cuatro escalones.

1 comentario:

Aitor V dijo...

AVISAME SIIII!!!!!!