sábado, agosto 14, 2010

historia, capitulo 6

- Hola- dijo aun incrédula de lo que estaba viendo.

- Olivia?, ¡Hola!- dijo Mateo sonriendo a la camarera. Esta se sorprendio que se acordara su nombre, bueno tambien de que ella recordara el suyo.

- Que… haces aquí?

- Pues, trabajo en un edificio de aquí a la vuelta, y me han dicho que la comida de aquí era realmente buena. Tu que haces aquí?- cuando acabo de preguntar se rió, dándose cuenta de la pregunta tan absurda que acababa de hacer.

- Pues, -dijo Olivia sonriendo- trabajo aquí.

- Ya, ya veo, vaya... casualidad eh…

- Si, si...- ambos seguían sonriendo- veras, lo de que la comida es realmente buena, no voy a negarlo, pero,- dijo acercándose un poco a Mateo que ahora se había puesto un poco nervioso- el cocinero esta enfermo, y no ha venido a trabajar hoy.- dijo entre susurros.

- Vaya,- le temblaba la voz, tenia tan cerca de Olivia, que temía que esta pudiera escuchar sus pensamientos.

- Pero tranquilo, aquí a la esquina hay un mc donalls.

Ambos rieron. Olivia había vuelto a su postura normal, cosa que Mateo agradecía, se había puesto realmente nervioso teniendo a su vecina tan cerca.

- Entonces, puedo comer aquí, o me voy por un big mc?- dijo Mateo en tono serio.

- Bueno, puedes ir a por un big mc, o sufrir una pequeña intoxicación con la comida de mi jefe.- dijo abriendo los ojos en grande y negando con la cabeza, aunque su boca continuaba sonriendo.

- Creo que prefiero intoxicación. Suena, interesante.- dijo riéndose de la cara que puso Olivia.

- Vale, pero tranquilo que ya me he aprendido el número del ciento doce.- estaba sorprendida de si misma, nunca solía ser tan simpática, nunca con alguien a quien acababa de conocer, recordaba que cuando conoció a Carles le costo prácticamente tres semanas hablarle con naturalidad, siempre había sido muy vergonzosa.- pues nada chico, si luego te pregunta la poli, yo te advertí.- dijo entregándole la carta.

- Olivia, me hechas una mano. – le llamo Carla del otro lado de la barra.

- Me reclaman,- no había quitado lo ojos de su vecino, eran de un color grisáceo muy bonitos- en unos minutos vuelvo para ti… quiero decir, vuelvo contigo, para coger el pedido. Me voy.- se había puesto algo nerviosa, no sabia lo que estaba diciendo. Se dio media vuelta y se dirigió a la barra allí se encontraban Carles y Carla que la miraban riéndose, al parecer habían escuchado el ultimo trozo de conversación.

- Vaya! –rompió el pequeño silencio incomodo Carla.- quien es ese?- dijo mirando a Mateo.

- Emm, es nuestro vecino.- dijo Olivia intentando demostrar el mínimo interés.

- Como? Como? Vecino? Nuestro? Eso es imposible,- ahora estaba mirando a su amiga.- si fuera nuestro vecino, YO lo sabría.

- Pues creo que es nuevo. Bueno, que mesa tengo que servir?- pregunto ignorando a Carla que estaba preparando una bandeja con una botella de agua grande y tres coca-colas y siete vasos.

- A la mesa de los chicos.- dijo Carles que estaba divirtiéndose viendo como Olivia ignoraba a Carla.

- Esa es mi mesa!- replico Carla como una niña pequeña.

- Cariño, crees que podrás llevar eso tu sola, sin matarte por el camino?- pregunto Carles.

- Pues claro! Mírame- dijo a la vez que cogía la bandeja y se hacia camino a la mesa. Llego perfecta, nada mas dejar las cosas en la mesa se dio media vuelta y miro a su jefe, este le hizo un gesto con la mano de “OK”, a lo que Carla simplemente enarco una ceja y siguió depositando las cosas en la mesa de los estudiantes.

- Voy a preparar la comida.- dijo Carles dirigiéndose a la cocina con tono de resignación.

- No nos incendies, por favor.- dijo Olivia observando como su jefe entraba en la cocina. Se dio la vuelta y miro a Carla, que seguía hablando con los universitarios, al parecer estaba una amiga que ambas conocían, pero ahora mismo iba a preguntarle a su vecino que quería para beber, luego iría a saludar a sus amigos. Estaba siendo un día muy raro para Olivia, sin embargo creía que aun quedaba algo más, y no se equivocaba.

Llego a la mesa en la que se encontraba su vecino, este seguía mirando la carta, se paro frente a el.

- Sabes por mas que busques, no encontraras “big mac”.

- Vaya, tenia la esperanza de que mis poderes funcionasen.- dijo con cierta desilusión.

- Ya sabes que quieres?- Mateo miro rápidamente los ojos verdes de la camarera.

- Un agua…- dijo sonriendo sin dejar de mirarla a los ojos. Olivia fue la primera en apartar la vista para escribir en su pequeña libreta.

- Muy bien, chico sano, y para comer?- volvió a mirar a su vecino, parecía que tenia los ojos mas bonitos que hace unos minutos.

- Sorpréndeme.

- ¡Sorpresa!.- respondió rápidamente la camarera. Ambos empezaron a reírse.

Olivia no paraba de preguntarse que estaba haciendo, sin embargo seguía riendo, mirando los ojos de su vecino, quien también la observaba y reía, pensando para si, que aquella chica, su vecina, la chica del paraguas, la camarera era realmente simpática y muy guapa.

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